martes, 26 de febrero de 2013

1683 : Jan Sobieski,el salvador de Viena (1ª parte )




A finales del siglo XV, Bizancio había perdido gran parte de su importancia estratégica y no representaba ninguna amenaza para las ambiciones del emergente imperio otomano. Constantinopla aun no se había recuperado de la ocupación latina de 1204 por parte de los cruzados.

Pero Constantinopla aun seguía siendo la manzana de oro, la capital del antiguo imperio romano de Oriente. Para el sultán otomano Mehmet II, Constantinopla era la pieza más deseada para convertirle en el dueño del mundo. Sería la capital del oikoumene, el mundo inhabitado,sobre el cual Mehmet y sus descendientes pronto reinarían, hasta el fin del mundo.

El 5 de abril de 1453, el ejército otomano había llegado hasta las defensas exteriores de la ciudad. Su ejército, compuesto mayoritariamente de musulmanes reclutados en todo el imperio otomano, además de serbios, griegos y mercenarios del oeste de europa, se componía de más de 160.000 soldados.

En el interior de la ciudad reinaba el terror .La población masculina de la ciudad era de unos 30.000 hombres, aunque apenas 5.000 de ellos estaban capacitados para la lucha.

Día tras dia, los otomanos bombardeaban los gruesos muros de Constantinopla con enormes proyectiles de piedra.Las noches las ocupaban los habitantes en volver a erigir las torres y murallas derribadas por la artillería otomana. Pero era inútil.


3 horas antes del amanecer del día 29 de mayo,Mehmet dio la orden para el asalto final. Los combatientes de la ciudad lograron rechazar las dos primeras oleadas de asaltantes.

 Pero el ataque de los jenízaros, las tropas de choque del sultán otomano, terminaron con la resistencia organizada.

Durante tres días, las tropas de Mehmet saquearon Constantinopla, masacrando a sus habitantes. Nadie estaba a salvo del terror otomano.Soldados, civiles, mujeres, niños, ancianos fueron decapitados y destripados, y sus cuerpos arrojados al mar.

 
Para la cristiandad, la caída de Constantinopla fue una autentica calamidad. No era solo una gran ciudad cristiana, el último bastión del imperio de Constantino en el este la que había caído. También era el ultimo enlace de Europa con la antigua Grecia.Todo su esplendoroso pasado había desaparecido a manos de una horda de salvajes venidos de las profundidades de Asia.

Mehmet se había convertido en el soberano de todo el Asia musulmana, a excepción de la amenazadora presencia del imperio persa timuride al este. Toda la cristiandad esperaba con temor a ver cuál sería el próximo movimiento de Mehmet. ¿Permanecería en Constantinopla consolidando su conquista ?.Teniendo en cuenta que el mismo Mehmet había prometido que  algún día la mismísima Roma pertenecería a Dar al –islam (la tierra del islam),parecía claro que la cristiandad debía prepararse para el combate.


El 30 de septiembre de 1453,el papa Nicolás V publico una bula dirigida a todos los reinos cristianos del oeste, conminándolos a verter su sangre y la de sus allegados en una nueva cruzada contra el anticristo que entonces se sentaba en Constantinopla.

Alegando que estaban ocupados en asuntos domesticos,los reyes Carlos VII de Francia.,Enrique VI de Inglaterra, el rey Alfonso V de Aragón y el emperador germano Federico III declinaron la “invitación”.

Años después, en 1459,el sucesor de Nicolás V,el papa Pio II,proclamo una nueva cruzada para reconquistar Constantinopla. Esta vez, tampoco nadie respondió a su llamado.

Viendo que poco apoyo iba a recibir de las casa reales europeas,el papa propuso a Mehmet no solo reconocerle como soberano del imperio romano de oriente, sino incluso ayudarle a conquistar el oeste. Todo lo que tenía que hacer Mehmet era convertirse al cristianismo.

Afortunadamente para europa,Mehmet no acepto .Se dedico consolidar sus conquistas, incursionando en los Balcanes y protegiendo la frontera este de su imperio de los molestos timurides.

En 1480,la flota turca había saqueado y ocupado Otranto, en la costa italiana. Y en toda la costa mediterránea occidental comenzaron a levantarse torres y fortificaciones de todo tipo,para tratar de mantener a raya a los turcos,que estaban siendo ayudados por piratas bereberes.

El miedo al terror otomano no se limitaba a los reinos crsitianos del sur de europa.En 1527,buques otomanos llegaron hasta Islandia,capturando 400 prisioneros que pronto estaban siendo vendidos como esclavos en los mercados de Argelia.

A cada victoria otomana le seguía,invariablemente,la llamada a una nueva cruzada, con el objetivo de expulsar a los turcos fuera de europa.Pero hasta entonces, los reinos cristianos preferían la diplomacia a las armas.

Y mientras tanto, el imperio otomano seguía creciendo. A finales de 1461,todo lo que quedaba del imperio bizantino había caído en manos turcas ; el ducado de Atenas,Trebizonda,Morea,etc.

Serbia había capitulado en 1459 y Bosnia cuatro años después. Albania se rindió en 1468,y Valaquia, el estado transilvano que había  mantenido una precaria independencia bajo el mando del príncipe Vlad Tepes ( conocido como Vlad el empalador por sus métodos para tratar sus oponentes ) cayó en 1462,seguido por su vecino principado de Moldavia en 1504.


 En 1521,un ejercito otomano tomo la ciudad de Belgrado (entonces perteneciente a Hungría ),tras fracasar en dos ocasiones anteriores (1440 y 1456 ).Y en agosto de 1526,El sultán Suleiman I derrota al ejercito del rey Luis II de Hungría en las marismas de Mohacs.

Batalla de Mohacs.
 
Para los turcos, fue una gran victoria.Pero en realidad fue una pírrica victoria. Ya que ,a la muerte de Luis II llego al trono de Hungría el archiduque de Viena,Fernando II.

Que era hermano del emperador del sacro imperio romano germanico,Carlos V.

Que al mismo tiempo era Carlos I,soberano de España, parte de América de sur, la mayoría de Italia, los países bajos y una buena porción de centro Europa.

Un mal enemigo para los otomanos, Ahora había dos poderes  compitiendo por la supremacía universal. Un emperador cristiano en el oeste contra un sultán musulmán en el este.

Suleiman I,llamado do el magnífico en europa,se veía a sí mismo como el heredero de Alejandro Magno.Estaba convencido de que derrotaría a Carlos V y a continuación marcharía hacia el oeste a la conquista de Roma.


jueves, 21 de febrero de 2013

1942 : Operacion Biting : El ataque (4ª parte )




 El ataque había sido planeado para la noche del 25 de enero. Pero las condiciones meteorológicas lo hicieron imposible, al igual que los siguientes dos días.

La noche del 27 de febrero era la última en la que las condiciones de luna llena y marea alta serian optimas para el ataque. Si las condiciones meteorológicas lo impedían, el ataque debería ser aplazado al menos un mes.

En la mañana del 27, el mayor Frost despertó y evaluó las  condiciones.Mucho frio, nada de viento y con el sol brillando a plenitud. Y el pronóstico para la noche indicaba que las condiciones serian aceptables para la operación aerotransportada.

Se dio el visto bueno para la operación, y los soldados de la compañía C se prepararon para la acción.

La mañana del mismo dia, salieron de Portsmouth el transporte Prince Albert y cinco lanchas rapidas tipo MGB, escoltadas por el destructor Blencathra, que serían las encargadas de recoger a los paracaidistas una vez hubieran terminado su misión. Cada lancha estaba armada con dos ametralladoras y un cañón oerlikon de 20 mm, además de portar un par de cargas de profundidad.

 HMS Prince Albert.

A las 22:15, los 12 aviones whitley que transportaban a los paracaidistas británicos comenzaron a despegar. Una hora antes, el Prince Albert había puesto las seis lanchas en el agua, que comenzaron a dirigirse hacia la costa francesa.


A esa misma hora, comenzó un bombardeo británico sobre un aeródromo y unas vías de ferrocarril cercanas a  Le Havre, para distraer la atención de los alemanes. Este bombardeo de distracción consiguió su objetivo. Cuando el radar freya diviso a los Whitley que transportaban a los paracaidistas, los alemanes pensaron que se trataba de la segunda oleada de bombardeos para atacar objetivos en Le Havre.Y, aparte de algunos pocos impactos de proyectiles antiaéreos que apenas causaron daños, no les prestaron una excesiva atención.

 A las 00:13, el primer avión llego  a la zona prevista para el salto. A las 00:30, todos los paracaidistas estaban ya en tierra.


La primera tarea fue recoger armas y equipos de los contenedores que habían sido lanzados y dirigirse al punto de encuentro, una línea de arboles situada a 500 metros al suroeste.


Excepto un poco de fuego antiaéreo que se dirigía hacia los whitley que se retiraban a su base, no había signo de presencia de infantería alemana.

Pero pronto surgió el primer problema: el grupo Nelson del teniente Charteris no había llegado al punto de reunión. Este grupo tenía la tarea de capturar la playa y las fortificaciones alemanas que protegían el camino hacia la misma. El grupo Nelson había aterrizado a 3 kilómetros de distancia al sur, y trataba de dirigirse a toda velocidad a sus objetivos en el camino a la playa.

El lanzamiento de este grupo Nelson ya había sido detectado por los alemanes. Las tropas que defendían el freya y las que estaban situadas en la Presbytere habían despertado por la alarma a eso de las 00:20.Inmediatamente solicitaron refuerzos por radio  a la primera compañía del 685 regimiento de infantería acantonado en la Poterie explicando que los paracaidistas británicos habían sido detectados. Situados a cinco kilómetros de la costa y con muy poco transporte mecanico, los alemanes se dirigieron hacia la zona a paso ligero.

También fueron avisados los contingentes alemanes en Bruneval y en las fortificaciones de la playa, que se dispusieron a cerrar el paso a los britanicos.

Mientras tanto, los diferentes grupos de paracaidistas se movieron silenciosamente a sus posiciones: el grupo Drake al norte, para controlar a los enemigos procedentes de la Presbytere; el grupo rodney, al este, para controlar a los procedentes de la Poterie, y los grupos jellicoe y Hardy a los radares y la villa.


Cuando estos dos últimos grupos se situaron cerca de sus objetivos, el mayor Frost soplo su silbato y ambos grupos se lanzaron al asalto.Utilizando granadas y sus ametralladoras, pronto la villa  y los aledaños del radar quedaron  limpios de alemanes, algunos de los cuales trataron de huir descendiendo por el acantilado.

Uno de ellos fue capturado e interrogado, y confeso pertenecer al regimiento de transmisiones de la Luftwafe y operador de radar. Era justo lo que Frost estaba buscando.

El ruido del combate en la villa despertó del todo a los alemanes, que intentaron un contraataque desde le Presbytere.Tambien el grupo Rodney, al este, empezó a sufrir el fuego de los alemanes procedentes de la Poterie.

Con la zona cercana al radar Wurzburg ya despejada, era el momento de los zapadores e ingenieros. Comenzaron a desmantelar en lo posible el radar.

El capitán Ross y sus hombres se dirigieron a la zona de la playa. Su tarea, la del grupo Nelson al completo, era despejar la playa y el camino que llevaba a ella. Pero esa misión, sin el teniente Charteris y la otra parte del grupo Nelson, se empezó a complicar. Al llegar a la zona, comenzaron a recibir fuego de ametralladora. El plan inicial consistía en atacar la playa por los dos flancos a la vez. Pero sin el grupo de Charteris, era misión imposible. Sin limpiar completamente la zona, no habría evacuación posible.

Los zapadores continuaban su trabajo en el radar y frost decidió enviar algunos hombres para reforzar al grupo del capitán Ross.Mientras, las lanchas británicas esperaban a distancia prudencial la señal que debería aparecer en la playa una vez esta hubiese sido tomada.

Para empeorar las cosas, una flotilla de dos destructores y dos lanchas alemanas había salido de Le Havre y se dirigía a toda máquina hacia la zona.

Por fin, los ingenieros encontraron lo que habían ido a buscar: una caja de metal que contenía tres pequeñas cajas; en una se encontraba el trasmisor, en otra el amplificador y en otra el generador de pulsos. Comenzaron a trabajar, mientras los alemanes comenzaban a avanzar sus posiciones.

Los paracaidistas empezaron  impacientarse con los ingenieros, que pasaron de usar destornilladores a usar martillos y cinceles para extraer las piezas que les interesaban.

El tiempo se acababa. Los alemanes presionaban por el norte, era el momento de dirigirse a la playa. Pero la playa aun seguía en poder alemán. Otra preocupación es que la radio con la que debían contactar con la flotilla  de lanchas britanicas, no funcionaba.

En la playa,continuaba el combate, con pocas esperanzas para los britanicos.Pero en un momento dado escucharon un grito “cabar feidh”.Este era el grito de guerra del regimiento, lo que indicaba que el teniente Charteris por fin había llegado y comenzaba a atacar las posiciones alemanas.


En el radar, el teniente Frost escucho el sonido del combate que venía de la playa, y sin estar seguro, decidió retirarse hacia allí. Cargaron los objetos saqueados del radar y se dirigieron a la playa. Pero cuando llegaron a la vista de la playa, aun no había sido tomada por sus compañeros. Y llegaban noticias de que los refuerzos alemanes, tras haber asegurado la zona del radar freya (al norte) se dirigían en su dirección.

El mismo mayor Frost reunió a su reserva y se lanzo sobre las defensas alemanas que aun resistían. Granadas y explosivos consiguieron terminar con la resistencia alemana.La playa había sido tomada. Pero las lanchas no estaban allí. Y los informes de los exploradores avisaban que los alemanes se acercaban.El mayor Frost dio orden de establecer un perímetro defensivo, pero sabía que en cuanto los alemanes pusiera en juego  morteros, todo habría terminado para los británicos.

 A las 02:35, por fin la radio dio señales de vida. Se contacto con las lanchas, que se dirigieron a toda velocidad a la playa. El embarque de las tropas británicas comenzó de inmediato, primero las partes del radar,despues los prisioneros, luego los heridos ..Se había previsto que las lanchas se acercarían a la playa una a una,para mayor seguridad, pero la tardanza en tomar la playa hizo que las 6 lanchas llegaran al mismo tiempo.


 A las 03:15, el último soldado británico embarcaba en la última lancha, y la flotilla se dirigía a toda máquina hacia los transportes a donde llegaron a eso de las 03:35.

Al amanecer estaban todavía demasiado cerca de la costa francesa, unos 25 kilometros, con el temor de que la flotilla alemana o sus aviones aparecieran de repente.

A las 8:00 de la mañana, los paracaidistas escucharon el sonido tranquilizador de un grupo de Spitfire que venía a escoltarlos. Un grupo de cuatro buques de la Francia libre se unio al convoy, y poco más tarde, dos destructores británicos aseguraban la segura vuelta a casa.

A las 20:00, el convoy británico llegaba a puerto seguro, a Portsmouth.Dos soldados británicos muertos habían quedado en Francia, además de otros seis capturados por los alemanes y 8 heridos. Por su parte, los alemanes tuvieron 5 muertos  y media docena de heridos, además de un par de prisioneros.

La operación había sido un éxito, todos los objetivos se habían cumplido. Las piezas del Wurzburg alemán sirvieron a los científicos británicos para comprender y comprobar la extremada calidad del equipamiento alemán, muy superior al británico.

El radarista alemán capturado no pudo ayudar mucho a los britanicos.Era un operador de reserva, ni siquiera manejaba el código Morse a la perfección.

Lo que daba a entender que el radar alemán era fácil de usar y mantener, no se necesitaban expertos radioperadores para manejarlo.

                 El radio operador aleman capturado a su llegada a Porstmouth.

lunes, 18 de febrero de 2013

1ª guerra Mundial. Minas y contraminas.3ª parte. Las minas en Messines.




 A principios de 1917, La llegada al mando del cuerpo expedicionario británico por parte del general Douglas Haig volvió a rescatar los planes británicos de una ofensiva  generalizada en Flandes.


Este plan ,cuyo objetivo final había sido la liberación de Ostende y la costa belga, se había tratado de poner en marcha en verano del año anterior, pero la derrota de las fuerzas franco-británicas en la batalla del Somme y las enormes pérdidas humanas que supuso dicha batalla obligo a los aliados a retrasar dicho plan.


La captura aliada de las colinas de Messines era parte esencial en la operación. Para ello, desde mediados del año 1916, decenas de minas y túneles se habían construido en dirección a las colinas, desde las que los alemanes tenían una vista perfecta de todo lo que ocurría en las líneas aliadas hasta 15 kilómetros de distancia.


 En julio de 1917, la operación se torno absolutamente necesaria. Era vital mantener ocupados a los alemanes mientras el ejército francés se recuperaba de los motines y la baja moral causada por la impericia del general Nivelle en la batalla de Chemin des Dames, que había causado unas bajas tremendas.



Las colinas de Messines transcurren en un desigual semicírculo desde la colina 60 en el norte hasta el bosque de Ploegsteert en el sur, a lo largo de unos 15 kilometros.El terreno era mayormente una capa de arena de entre 3  y 15 metros sobre arcilla,elemento ideal para construir tuneles,ni siquiera se necesitaba apuntalarlo.

 Los alemanes eran perfectamente conocedores de la importancia de las colinas. Eran colinas de baja altura, alrededor de 50 metros sobre el nivel del mar, pero en la llanura de Flandes permitían una enorme visibilidad.Y los alemanes construyeron allí unas impresionantes defensas.
 

El oeste de las colinas era terreno inadecuado para construir refugios subterráneos, así que los alemanes construyeron en esa zona una serie de búnkeres de superficie de hormigón armado, virtualmente indestructibles. Delante de los bunkers colocaron una red de alambradas de una decena de metros de profundidad.


Detrás de los búnkeres se extendía una red de trincheras y refugios, con baterías de cañones y obuses con alcance suficiente para bombardear la retaguardia británica e incluso alcanzar la misma ciudad de Ypres.Cualquier concentración de tropas o artillería británicas que presagiara el inicio de una ofensiva seria inmediatamente detectada desde las colinas en poder alemán, que sin duda lanzaría una lluvia de proyectiles de todo calibre.

 Fortificaciones alemanas en el saliente de Ypres.

En el cuartel general británico eran totalmente conscientes de que un típico ataque de infantería precedido por un bombardeo artillero preliminar contra las colinas seria un completo suicidio. Mucho ataques de este tipo habían terminado en carnicería en otras partes del frente mucho peor defendidas que las colinas de Messines.


Los alemanes habían perfeccionado la técnica de ocultarse bajo tierra mientras duraba el bombardeo preliminar, y rápidamente salir a ocupar sus posiciones mientras la infantería enemiga apenas había comenzado su despliegue. Era vital para los británicos encontrar alguna nueva idea para romper la línea defensiva alemana.


Y esta nueva idea fue volver a utilizar las minas. Ya se habían construido varias minas en ese sector del frente en 1916, cinco o seis minas que llegaban más allá de la línea alemana.


Y en la primavera de 1916, se habían empezado a construir nuevas minas y comprobar y reparar las antiguas.


Bajo el mando del Brigadier Harvey, inspector de minas, los trabajos de minas en las colinas progresaron rápidamente.


Era imprescindible que los alemanes no se dieran cuenta de lo que estaba pasando bajo sus pies. Así que la tierra arcillosa recién excavada permanecía en los túneles hasta la noche, momento en el que se llevaba silenciosamente hasta los bosques y se mezclaba con la tierra superficial, antes de que amaneciera.


El mando del ataque de infantería se le dio a Sir Herbert Plummer, que comandaba el segundo ejercito britanico.Plummer decidió que antes y durante el ataque debía haber una concentración de ataque artillero preliminar sin precedentes : bunkers,alambradas, las trincheras de nivel secundario alemanas, la artillería alemana, todo debía ser masivamente bombardeado.


La artillería del segundo ejercito británico fue complementada con artillería del primer, tercer y  cuarto ejércitos.Se reunieron un total de 2.266 cañones y obuses, que se dividieron en 40 grupos.4 de estos grupos, que contaban con la artillería de mayor alcance, se utilizarían para trabajos de contra artillería.


La artillería de campo, 64 brigadas con un total de 1150 cañones y 350 obuses, se dividieron de forma que cada batallon de infantería atacante dispusiera de 6 baterías para su sector de frente.


La tremenda cantidad de munición para semejante reunión de cañones tuvo que ser llevada al frente en dos tandas.La primera en marzo y la segunda a mediados de mayo, cuando ya había sido fijada la fecha del ataque. Se transportó por medio de ferrocarriles de vía ancha hasta una distancia de 50 kilometros del frente.Despues, se transportaba por medio de trenes ligeros hasta la misma línea de frente, para que no causara alarma en los alemanes la llegada de grandes ferrocarriles repletos de municion de  artillería.


El día del atauque, más de 145.000 toneladas de proyectiles de artillería estaban dispuestos para lanzar un infierno de fuego sobre las posiciones alemanas. Tal cantidad permitirá no menos de  1.000 descargas para las piezas más pequeñas y entre 500 y 750 descargas para las piezas más grandes.


Mientras tanto, las  minas comenzaron a llenarse de explosivos. En concreto, 25 minas llegaban hasta la línea alemana, repletas de más de medio millón de kilos de explosivos.


De las 25 minas britanicas, una se había perdido por la acción de una contramina alemana, otra se había hundido y cuatro situadas al sur de la línea se habían abandonado por razones tácticas.


19 minas estaban a punto, totalizando 426.000 kilos de explosivo. La carga más potente se había colocado en la mina St,Eloi,cargada con 45.000 kilos de explosivo.



El bombardeo artillero comenzó el 21 de mayo, y fue intensificándose hasta el 31.La aviación británica disponía de 300 aparatos en ese sector del frente, y sus fotografías y reconocimientos proporcionaba a la artillería británica una extensa información sobre las posiciones alemanas.


En una reunión celebrada el día 30 de mayo se sugirió que las minas debían ser activadas un día antes del ataque britanico.Pero el general Plummer sugirió otro plan, que fue aceptado.


Según este plan, justo antes del ataque se lanzaría un fortísimo ataque artillero, que obligaría a los alemanes a abandonar sus posiciones y retirarse a su segunda línea. Al cesar el ataque artillero y comenzar el ataque la infantería britanica, los alemanes volverían rápidamente a primera línea, como era costumbre. Ese sería el momento elegido para activar las minas, cuando la infantería británica estuviese a medio camino de su objetivo y las trincheras alemanas estuvieran repetas de soldados,


Los alemanes disponían de alrededor de 650 obuses y cañones, de los que aproximadamente una cuarta parte había sido destruido por los británicos en la mañana del día 7 de junio. Y como infantería, disponían de 5 divisiones, parte del 4 ejército comandado por el general Sixt Von Armin.Como reserva, los alemanes disponían de 3 divisiones mas, incluyendo la 1 división de guardias.


La hora cero se estableció a las 3 y diez de la mañana del día 7 de junio. Los preparativos para el ataque habían sido completados días antes, excepto un par de minas, Spanbroekmolen, en el centro de la línea y la mina Ontario, que terminaron de completarse el día 6.


8 globos de observación se situaron a 1000 metros de la línea de frente, en disposición para enviar mensajes sobre la situación de los alemanes en cualquier momento y dirigir el fuego de artillería británico.


72 tanques británicos Mark IV fueron también asignados a la operación. Se habían ocultado a en los bosques cercanos a Ypres, y comenzaron a moverse hacia su posición de partida a las 02:00.A esa hora, los aviones británicos comenzaron a volar sobre las posiciones alemanas, para con su ruido tratar de enmascarar el ruido de los tanques.


Y dos compañías especializadas en gases se colocaron en ambos flancos de la línea, preparadas para intervenir en cualquier momento.


A las 2 y media, las divisiones de asalto de la infantería británica estaban colocadas en sus trincheras, y silenciosamente, empezaron a calar sus bayonetas.



El fuego de artillería que había estado bombardeando las posiciones alemanas día y noche desde el día 31 de mayo ceso bruscamente una hora antes de la hora cero.


Los ingenieros británicos encargados de activar las minas esperaron pacientemente a que los alemanes volvieran a sus trincheras, a la espera del ataque británico.


A las 3 y 10 en punto, detonaron las minas. Fue la más grande explosión hasta ese momento, y el sonido se escucho claramente en Londres y fue registrado por varios sismógrafos en Suiza.




En ese momento, 2.000 obuses y cañones comenzaron a disparar de nuevo.La artillería pesada comenzó a golpear objetivos en la retaguardia alemana, mientras la artillería ligera creaba una barrera justo delante de la infantería  que avanzaba.


Pero no había muchos objetivos que bombardear.La explosión de las minas había destrozado la gran mayoría de las fortificaciones alemanas y provocado enormes cráteres.

 Crater provocado por la explosion de la mina en la colina 60.
 Un gran número de soldados alemanes estaban conmocionados por las explosiones y vagaban sin rumbo fijo por la línea de defensa, rindiéndose a centenares sin oponer resistencia a los británicos.


El segundo cuerpo de ejército Anzac (Australia, Nueva Zelanda) tenían como objetivo la toma de la ciudad de Messines.La mayoría de la primera línea de trincheras alemanas fue tomada sin apenas resistencia, antes de las 7 de la mañana. Dos horas después, el tiempo necesario para reagrupar las tropas y la llegada de refuerzos britanicos, comenzo de nuevo el ataque artillero, esta vez sobre la segunda línea alemana.



En las primeras horas del día 11, todos los objetivos del ataque británico se habían cumplido, y los alemanes se habían retirado a una nueva línea defensiva que corría de norte a sur, con su centro en la ciudad de Warneton.


El segundo ejercito británico haba conseguido una clara victoria, el saliente de Ypres ya era suyo, y ahora ya era posible el inicio de una ofensiva generalizada en Flandes. Las tropas atacantes habían sufrido alrededor de 25.000 bajas, entre muertos (3.500), heridos (18.000) y desaparecidos (3.000).


Por parte alemana hubo más de 8.000 muertos, buena parte de ellos enterrados bajo los escombros provocados por las minas.


La ofensiva britanica, la tercera batalla de Ypres comenzó el 31 de julio, para finalizar el 10 de noviembre en la terrible batalla de Paschendale.