jueves, 4 de diciembre de 2014

1940: Duelo en las cumbres; la guerra en los Alpes. (1 parte)





  El 10 de junio de 1940, Benito Mussolini, vestido con el uniforme negro  de la MVSN (Milizia Volontaria per la Sicurezza Nazionale, las milicias del partido fascista italiano), apareció en el balcón de la plaza Venecia de Roma, para dirigirse a la multitud que lo aclamaba.


  “una hora marcada por el destino late en los cielos de nuestro país…..ha llegado la hora de tomar decisiones irrevocables….la declaración de guerra ya ha sido entregada  a los embajadores de Inglaterra y Francia”

  La multitud comenzó entonces  a gritar los nombres de los territorios que Italia había perdido en 1860, tras el fin de la monarquía italiana y la reunificación del país con Garibaldi:

“Niza, Saboya, Corcega, Tunez”

  80 años antes,y tras dos guerras de independencia, la Francia de Napoleón III habia aportado su ayuda al nuevo reino italiano en su lucha contra Austria, ayuda que resulto decisiva en las batallas de Solferino y Magenta.

  La cuestión sobre el status político  que adquiririan los Estados Pontifios y la ciudad de Roma llevó a ambos países al enfrentamiento en la batalla de Mentana, donde las tropas franco-papales derrotaron a las milicias italianas de Garibaldi, en noviembre de 1867.


  Tras la firma del tratado de Plombieres en 1858, se acuerda la transferencia del condado de Niza y la Saboya italiana a Francia, a cambio de la ayuda militar francesa contra Austria.

  Los problemas entre FranciaItalia aumentaron aún más a partir de la firma del tratado del palacio del Bardo, en Tunez,en 1881 , por el que la antigua colonia italiana se comprometía a aceptar la instauración de un protectorado francés.

  El nacionalismo italiana empezó a tomar un cariz anti-frances, que se vio acrecentado en 1882 por las violentas manifestación anti italianas en las llamadas Vísperas Marsellesas  o en Aigues-Morte, donde  fueron linchados decenas de italianos (150, según la prensa italiana de la época).


  Esta situación llevo a Italia a alinearse con Alemania y con su atávico enemigo Austria para formar la Triple Alianza  de 1882.

  Italia abandonó la Triple Alianza por la Entente Cordiale a principios de la 1 guerra mundial, con la promesa no escrita por parte de sus aliados de que recuperaría los territorios perdidos ante los austriacos: Trentino,Istria, Trieste, Dalmacia, etc.

  Esa promesa aliada se confirmó por escrito en el pacto de Londres de 1915, por el que Italia se comprometía  a entrar en la guerra en el plazo de un mes, al lado de los países de la Entente (Francia, Rusia, Gran Bretaña ).

  Pero con la 1ª guerra mundial terminada, ninguna de las reclamaciones territoriales italianas fue aceptada, basándose los vencedores en el derecho de autodeterminación de los pueblos.

  Para muchos italianos, Francia se había negado a premiar los enormes sacrificios que las tropas y la poblaci0n italiana había hecho durante la guerra.

 "Bizerta en manos francesas es una pistola apuntanto a Sicilia"

  Los años siguientes, la italofobia francesa se hacía patente en libros, periódicos, obras de teatro, etc.,y  las relaciones entre ambos países se fueron deteriorando. No fue hasta la llegada de Pierre Laval a la presidencia del consejo de ministros francés en enero de 1935 cuando se produjo una disminución de la tensión, gracias en buena parte al tratado de Stresa.

  Pero la intervención italiana en Etiopia en 1935, seguido de sanciones económicas por parte de la sociedad de naciones, la guerra civil española y la llegada al poder del frente popular en Francia provoco de nuevo un grave deterioro de las relaciones diplomáticas, incluso con la retirada del embajador francés de Roma.

  En previsión de una posible acción ofensiva por parte de Francia, Mussolini ordeno la construcción de la línea fortificada Valle Alpino del Littorio, para proteger los cerca de 500 kilómetros de frontera entre ambos países.


  Se trataba de una linea de defensa discontinua, con algunas de sus estructuras integradas en las montañas, pero el alto coste y la falta de acero no permitió a los ingenieros italianos construir algo similar  a la línea Maginot.El armamento defensivo consistía en cañones de 47/32 modelo 1935, una variación italiana del cañón antitanque austriaco Bohler, y el cañón 75/27 modelo 06.

 Cañon 47/32

Cañon 75/27

  Las tropas enviadas para ocupar el valle alpino y asegurar su defensa fueron el cuerpo de guardia de frontera, un cuerpo de reciente creación (abril de 1937).El plan PR 12, plan de despliegue número 12 del ejercito italiano, adoptado en 1938 y actualizado en 1940, preveía  que dicha unidad debía encargarse de la defensa de todo el arco alpino.

 
 Cartel de reclutamiento de la Guardia de Fronteras.
 
  Mussolini había regresado de la conferencia de Múnich, en septiembre del 38 ,muy satisfecho consigo mismo,creyendo que había desarrollado un importante papel en las negociaciones y que había sido capaz de convencer a Hitler para que no ocupara Checoslovaquia.

  La presencia de Mussolini en Múnich había sido solicitada por el premier británico Chamberlain, y fue aceptada a regañadientes por Hitler, que se limito a usar a Mussolini como traductor oficioso, ya que el líder italiano hablaba correctamente francés y alemán.

  Durante la crisis de Danzig en julio de 1939, el embajador ingles en gran Bretaña, sir Percy Loraine, pidió de nuevo a Mussolini para que intercediera ante Hitler. Mussolini envió a su yerno Galeazzo Ciano, a la sazón ministro de asuntos exteriores, a Salzburgo, a negociar con el canciller alemán Ribentrop.

  Las entrevistas entre ambos fueron muy tormentosas, y Ciano  se dio cuenta rápidamente que los alemanes no tenían la mas mínima intención de respetar los acuerdos del Pacto de Acero entre Italia y Alemania, cuyas clausulas obligaban a Alemania a consultar a su aliado italiano en caso de decidirse a ir a la guerra.

 Firma del Pacto de Acero,mayo de 1939.A la izquierda Galeazzo Ciano,a la derecha Joachim Von Ribentrop.

  Alarmado, Ciano solicito entrevistarse directamente y en persona con Hitler, a quien advirtió que Italia no estaría preparada para la guerra antes de 1942.

  Conocedor del estado del ejército italiano, Mussolini quería ganar tiempo, y para no quedar en evidencia, se le ocurrió una brillante idea:

  Envió a Hitler una larguísima lista de los materiales y materias primas que necesitaría para poner al ejército italiano en orden de batalla. No había en toda Alemania vagones de tren suficientes para transportar la enorme cantidad de material que Mussolini solicitaba.

  Como ultimo intento, Mussolini propuso a Hitler una conferencia en San Remo el 31 de agosto de 1939,pero ya era demasiado tarde. Hitler ni siquiera respondió a la oferta, ya que ya tenía previsto invadir Polonia.

  Al conocer las noticias del comienzo de la invasión, se celebro una reunión de urgencia del gobierno italiano y los más altos jerarcas del partido fascista: se llego al acuerdo (en contra de los deseos de Mussolini), de declarar a Italia como país no beligerante.Todos eran conscientes de la debilidad del ejercito itali¡iano, además que la guera en  Etiopia y la guerra civil española  habían vaciado prácticamente los arsenales italianos

  Pero cuando Francia estaba a las puertas de la derrota con Alemania,Mussolini,desoyendo a la mayoría del estado mayor italiano y al mismo Hitler, decidió entrar en la guerra,buscando su parte del pastel y creyendo  que los franceses opondrían poca resistencia.



(Continuara...)

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