lunes, 5 de enero de 2015

98 a.c.:Mitridate rey del ponto (9ª parte )



Viene de aquí:



 Cayo Mario en las ruinas de Cartago,obra de John Vanderlyn.
 
  En el año 99 a.c., Cayo Mario, el héroe de los plebeyos romanos, llegó en viaje de inspección a Anatolia.

  La facción de la que era lider, los populares, acababa de perder una elección en medio de una sangrienta revuelta plebeya en la ciudad. Era el principio de la guerra civil que ensangrentaría la republica romana  en las siguientes generaciones.

  Dejando su veterano y leal ejercito en la península italica, el cónsul Mario navego a Capadocia y Galacia.

  El cónsul Mario, de 58 años de edad, se había distinguido en las campañas de España y africa, pero donde había obtenido una enorme reputación como líder militar había sido en la campaña de Germania, donde sus tropas habían acabado con la vida de 300.000 germanos.

  Lucio Cornelio Sila, el otro cónsul, perteneciente a la facción patricia, se había quedado en Roma con su ejército, maniobrando entre las sombras para hacerse con el poder total.

  El cónsul Sila se había atribuido todo el crédito por la victoria del ejercito romano contra los rebeldes de Jugurta en el norte  de áfrica, y ambos cónsules competían para ganar el favor del senado.

  Mario había viajado a Anatolia con la excusa de visitar al oráculo de la diosa Cibeles, en el santuario de Pessinus.Como la mayoría de líderes romanos de la época, no era un simple creyente; conocía perfectamente el valor de la religión y su influencia en la política romana.

Templo de Cibeles,en Pessinus.

  El verdadero objetivo del cónsul Mario era conocer la situación en Capadocia y tratar de anticipar cualquier movimiento hostil de Mitridates.

  La reunión entre ambos líderes fue la primera vez que Mitridates se reunía con un líder romano.Mitridates recibió a Cayo Mario con respeto y una gran atención: Ambos trataron de soltar la lengua al otro, mientras trataban de ocultar sus propias intenciones.

  Las palabras del cónsul Mario al despedirse y partir de vuelta a Roma ("o te haces más fuerte que los romanos, o los obedeces")  confirmaron a Mitridates que su táctica era la correcta.

  La situación en Capadocia empezaba a escaparse de las manos de Mitridates.La influencia de Nicomedes III de Bitinia y su comportamiento en la recientemente  ocupada provincia de Paflagonia estaba empezando a colmar el vaso de la paciencia romana.

  Para incitar a los romanos contra Mitridates, Nicomedes y su reciente esposa Laodice (hermana de Mitridates) buscaron y encontraron a un joven bien parecido, a quien astutamente entrenaron para hacerlo pasar por un hijo oculto del asesinado rey Ariarates VI de Capadocia ,anterior marido de la reina Laodice.

  La reina llevo al joven  a Roma y consiguio una audiencia del senado, donde presento al impostor como el legitimo rey de Capadocia.

  Mitridates, que conocía la maniobra de Nicomedes y Laodice, envio a Roma al regente de Capadocia, el asesino Gordius, que en primera instancia se dedico a sobornar a oficiales de alto grado del ejército romano y a varios senadores.

  El senado termino por percatarse  de las maquinaciones de unos y otros, y opto por tomar una decisión salomónica; Ordenar a ambos, Mitridates y Nicomedes, a abandonar los reinos que estaban ocupando ilegalmente, Capadocia y Paflagonia,respectivamente.

  Para dejar clara su postura, el senado envió a Lucio Cornelio Sila al mando de una legión para, oficialmente, terminar con la amenaza de los piratas de Cilicia.


 Pero en la ruta a Cilicia, Cornelio Sila opto por detenerse en Capadocia.Extraoficialmente, el senado romano le había ordenado poner un poco de orden en Capadocia. Los legionarios de Sila eran muy superiores a los soldados de Bitinia y el Ponto , mandadas por el general Arquelao, que protegían al regente Gordius y al joven rey Ariarates IX, que se vieron obligados a marchar al Ponto.

  Sila, autorizado por el senado romanao, coronó personalmente al nuevo rey de Capadocia, con el nombre de Ariobarzanes I . Inmediatamente después, Sila envió sendas delegaciones  a Nicomedes y Mitridates, advirtiéndoles de que debían retirarse de cualquier territorio que sus tropas ocuparan en Capadocia.

  Nicomedes y Laodice, con su reino, Bitinia, en bancarrota, aceptaron la amenaza romana y se retiraron, y, poco mas tarde, firmaron un tratado de alianza con Sila.Mitridates, practicamente rodeado por las tropas romanas en el norte de Anatolia, tampoco ofreció ninguna resistencia. Retiró a sus tropas de la zona y se puso a esperar su siguiente oportunidad, poniendo su vista en el este, en Armenia, lejos de la influencia romana.


  En el año 96 a.c., el rey Tigranes II de Armenia había vuelto a su reino desde Partia, en donde había permanecido los últimos 30 años como rehén.

  En Ctesifonte, capital del reino parto, Tigranes haba sido educado en la cultura local, una mezcla de antiguas tradiciones persas y nómadas.


  La influencia persa era muy fuerte en Armenia, y la madre de Tigranes había sido una princesa de la tribu nómada de los alanos, originarios del norte del Cáucaso (actual Osetia, aprox.)

  Cuando el padre de Tigranes murió, los partos permitieron a Tigranes II (entonces con 46 años) la vuelta a su reino y tomar la tiara real de Armenia, siempre y cuando cumpliera con los deseos partos, al igual que su padre había cumplido. Pero Tigranes tenía otro punto de vista.

 Tigranes II de Armenia.

  En al año 94,Mitridates envió a Artaxata,la capital del reino de Armenia, a su mano derecha, Gordius,asesino de reyes y antiguo regente de Capadocia.Mitridates quería una alianza con Armenia, lo que le proporcionaría una ruta segura para la ruta de la seda por su vertiente norte, por la costa del mar negro.

  Gordius propuso a Tugranes II un trato: Tigranes atacaría Capadocia y expulsaría del trono al rey Ariobarzanes, un títere de los romanos. A cambio, Mitridates concedería a Tigranes la mano de su hija, la princesa Cleopatra, de 16 años.

  Tigranes accedió al trato. Armenia había combatido a los romanos en tiempos de Antíoco el Grande, y había dado refugio seguro a Anibal.Pero Tigranes había vivido 30 años en la lejana Partía y sabia poco de la roma de Mario y Sila.Y pensaba que Roma no intervendría si se producía un cambio de régimen en Capadocia.

 (Continuara…)

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