jueves, 18 de junio de 2015

88 a.c.: Mitridates (17ª parte)



Viene de aquí:


 Finalmente, los supervivientes del ejército terrestre de Mitridates llegaron a su destino en el campamento. Con ellos llegaron unos cuantos desertores de Rodas, que solicitaron una reunión con el rey. Los desertores llevaron al rey a una alta montaña que se encontraba frente al amurallado templo de Zeus de la ciudad.Alli, la muralla era un poco más baja, y Mitridates decidió actuar.


  Secretamente, envió a la mitad de sus tropas a embarcar en su flota, enviando la otra mitad frente a la muralla, a cubierto de las miradas de los centinelas. A una señal luminosa desde la montaña frente al templo de Zeus, se atacaría Rodas por mar y por tierra simultáneamente.


 Pero algunos centinelas de Rodas detectaron el movimiento de las tropas de Mitridates y encendieron un fuego para avisar a sus compañeros.


  La flota y el ejército de Mitridates interpretaron erróneamente la señal, y atacaron antes de que cada contingente estuviera preparado en el punto de partida indicado. Los defensores de Rodas se percataron del caos y el desorden de las tropas atacantes y se colocaron rápidamente en sus posiciones defensivas en la muralla. El efecto sorpresa con el que contaba Mitridates había desaparecido.


  Mitridates decidió entonces poner en juego la sambuca. La enorme torre fue llevada hacia el muro exterior del templo de Isis, que formaba parte del sistema de fortificaciones de la ciudad.


  Al llegar al alcance del muro, los marinos de la sambuca comenzaron a manejar el sistema de poleas que permitía el movimiento de la pasarela superior, para alcanzar el muro con seguridad.Inmediatamente, la infantería de Mitridates comenzó a subir por las escaleras interiores de la torre.


  De pronto, un grito de júbilo surgió de los defensores de la ciudad. Debido al peso añadido de los soldados en su interior, la estructura de la torre comenzaba a colapsar.


  Los rodios eran expertos en el uso militar del fuego y otras sustancias combustibles. Ya lo habían usado con gran eficacia contra Demetrio Poliorcetes en el año 305 a.c., y las tropas de Mitridates también iban a sufrir sus efectos.


  Los defensores comenzaron a  lanzar sobre la sambuca grandes ánforas llenas de brea y azufre, hasta cubrir gran parte de la superficie.Despues, las flechas incendiarias hicieron el resto. La sambuca comenzó a arder como una tea, mientras los soldados  saltaban al mar para intentar salvar sus vidas.


  El asalto había fracasado, y Mitridates se dio cuenta que iba a ser imposible tomar la ciduad.Decidio dejar una pequeña guarnición en las montañas y tomo su flota, para navegar hacia las costas de Licia (suroeste de Turquía), dejando flotando en el agua los churruscados restos de la sambuca.


  En Licia, Mitridates y su general Pelopidas decidieron tomar la ciudad de Patara (la Arsinoe griega), un fiel aliado de Rodas y de la republica romana. Cerca de Patara se encontraba otro de los templos dedicados a Apolo, con un oráculo casi tan famoso como el de Delfos.

 Templo de Apolo,en Patara.


  Pero el oráculo del templo de Patara tenía una curiosa forma de conocer el futuro.Valiendose de una flauta, el oráculo y los adivinos lograban reunír en una pequeña laguna a un grupo de peces. Cuando los tenían agrupados, lanzaban trozos de carne a las aguas de la laguna. Si los peces se la comían, el futuro iría bien. Si los peces usaban sus colas para alejar los trozos de carne, las cosas no transcurrirían bien en el futuro.

  Por supuesto,los peces se comian siempre los trozos de carne,el futuro siempre era esplendoroso para quien consultaba al oraculo,y siempre dejaba buenos regalos y esplendidas limosnas.


  Además del oráculo de Apolo, Licia era el centro de culto de las “diosas madres” de la zona de Anatolia; Cibeles, Eni,etc, y también era muy importante el culto a Leto, la diosa griega madre de Apolo y Artemisa, que tenía un impresionante santuario (Letoum) en la ciudad de Xanthos, muy cerca de Patara.

 Letoum,el santuario a la Diosa Leto en Xhantos.


  El santuario a la diosa Leto estaba situado en medio de un enorme bosque, y Mitridates cometió el error de ordenar a sus hombres talar los árboles, ya que necesitaba la madera para construir nuevas maquinas de asedio. La diosa Leto se le apareció en sueños, para reprenderle por talar los árboles. Mitridates no se tomo en serio el aviso de la diosa, pero a la mañana siguiente comenzó a preocuparse, ya que fue informado que otras islas habían abandonado su causa y se habían pasado al lado de la republica romana.


  Mitridates comenzó a ponerse paranoico; diosas enfadadas, mal tiempo, naufragios, malos presagios, etc,todo iba en contra de su plan.Ademas, sus magos y videntes le advirtieron de que debía empezar a preocuparse seriamente por las Erinias, las Furias, diosas vengadoras que tenían por costumbre perseguir a los asesinos, especialmente aquellos que habían asesinado a su madre o algunos de sus familiares, como era el caso de Mitridates.


  Las tres Erinias (Alecto,Megera y Tisifone),eran muy conocidas y muy temidas en el mundo grecoromano.Famosos héroes de la mitología griega se habían acercado peligrosamente  a la locura debido a la persecución  a la que las tres vengativas diosas los habían sometido, con sus cabellos plagados de serpientes y con lagrimas de sangre.

 Erinias acosando a Orestes.

  Incluso el emperador Nerón se vio obligado a llamar en su auxilio a varios brujos persas para exorcizar a las Furias que le acosaban dia y noche tras asesinar a buena parte de su familia.


  Mitridates, perfecto conocedor de la mitología griega y temeroso de todos sus dioses (y del pánico que podían causar en sus tropas), se dirigió junto con sus magos a un bosque cercano a la ciudad asediada. Allí se procedió a los sacrificios rituales, varias tórtolas y una oveja preñada. 


  Según algún historiador romano (Livio) los brujos de Mitridates no quedaron satisfechos, e incitaron a Mitridates a un sacrificio humano, una muchacha virgen.


  Al día siguiente, ya con la muchacha en su poder, se volvieron a dirigir al bosque, y cuando el propio rey se disponía a usar su cuchillo en el cuello de la víctima, la muchacha comenzo a reír histéricamente, lo que fue considerado otro mal presagio para Mitridates, que no vio necesario completar el sacrificio.


  Parece que la historia del sacrificio humano por parte de Mitridates podría ser simplemente un método utilizado por los historiadores romanos para desprestigiar al rey del Ponto .Los sacrificios humanos no eran comunes en aquella época en el mundo grecoromano, pero tampoco eran desconocidos.


  Cuando Jerjes invadió Grecia en el 480 a.c., sus chamanes quemaron vivos a 9 niños griegos previamente secuestrados. Al mismo tiempo, atenienses y espartanos habían asesinado a embajadores persas en sacrificios rituales, y el rey Agamenón había sacrificado a su hija Ifigenia a los dioses marítimos para asegurarse una buena travesía hasta las costas de Troya.

 Sacrificio de Ifigenia.


  Solamente en al año 97 a.c., una década antes del ataque de Mitridates sobre Rodas, el senado romano había decidió prohibir los sacrificios humanos, pero solo en la misma ciudad de Roma. Los druidas en la Galia o Britania o los cartagineses seguían hasta entonces practicando sacrificios humanos.Pero en la guerra contra Anibal, los romanos habían quemado vivos a dos galos y dos griegos, siguiendo las instrucciones de los adivinos que habían interpretado los Libros Sibilinos. Costumbre que volvieron a repetir en la guerra contra Yugurta, volviendo a quemar vivos a otros dos galos y otros dos griegos.


  Mas allá de que el sacrificio de la muchacha virgen no se llevara a cabo, Mitridates decidió abandonar el asedio de Patara.Tenia la excusa perfecta para presentarla a sus generales; los dioses se lo habían impedido.


  Dejando al general Pelopidas continuando la guerra en Licia, Mitridates ordeno al general Argelao conseguir aliados “ya fuera por la persuasión o la fuerza” en las islas del Ageo.


  El rey volvió a su capital, Pergamon, donde se dedico a fabricar armas, maquinas de asedio, trirremes y reclutar más tropas y mercenarios para su campaña del siguiente año.Aparte del fracaso ante las murallas de Rodas, el imperio de Mitridates se extendía por todo el mar Negro y la mayoría del oeste de Asia menor, y su armada dominaba el mar Egeo. Seguía recibiendo enormes cantidades de oro de sus aliados y disfrutaba del apoyo total de su pueblo.


  En ese momento, su mayor preocupación se encontraba en las andanzas de sus tropas en Grecia.


(Continuara...)

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