lunes, 9 de mayo de 2016

276 a.c.: Pirro; Campaña en la Magna Grecia.




 Viene de aquí:


  Mientras Pirro se encontraba en Sicilia, los romanos no habían permanecido inactivos.La ofensiva romana había comenzado apenas las tropas de Pirro habían zarpado hacia Sicilia, a principios del año 278 a.c.


  El encargado de llevar a cabo la ofensiva había sido el cónsul Cayo Fabricio Luscino, que había decidido que la mejor manera de derrotar definitivamente  a Pirro era reducir primero a los aliados del rey epirota en la península italica.El ejército consular del cónsul Fabricio maniobró por el sur de Italia y derrotó por separado a lucanios, brucios, samnitas y tarentinos.

 El consul Fabricio Luscino ya habia parlamentado con Pirro tras la batalla de Heraclea.


  Se le premió por parte del  senado romano con un triunfo por sus victorias. Al año siguiente, los dos cónsules  del año, Cayo Junio Bubulco y Publio Cornelio Rufino, unieron sus ejércitos consulares para invadir el Samnio.


  Al ver el potencial del ejercito consular combinado (cerca de 40.000 soldados), los samnitas decidieron abandonar sus ciudades y retirarse a terreno elevado, comenzando una guerra de guerrillas para tratar de cortar las rutas de suministro romanas.


   Muy pronto, ante las dificultades de aprovisionamiento de un ejército tan grande, ambos cónsules decidieron dividir sus fuerzas. Mientras el cónsul Junio continuaba en territorio samnita, las legiones del cónsul Rufino atacaban el territorio de los lucanios y los brucios, y se dirigían a poner bajo asedio a la ciudad de Crotón (actual Crotona).


  Los rebeldes de Crotón habían recibido el refuerzo de un contingente de soldados epirotas enviado por el general Milon, el gobernador de Tarento impuesto por Pirro.


  Los romanos ignoraban la presencia del contingente epirota, y se aproximaron a  la ciudad sin las debidas precauciones, pensando que iban a tomarla con toda facilidad.Los ciudadanos-soldado de Crotón y el contingente tarentino salieron de la ciudad y cayeron sobre los despreocupados romanos, que se vieron obligados a retirarse.


  El cónsul Rufino ideó entonces una estratagema par apoderarse de la ciudad.Envió dos agentes  simulando ser desertores del ejército romano, para que anunciaran a los ciudadanos de Crotón que las tropas romanas se dirigían a Locris. Al mismo tiempo, desmanteló su campamento y simuló marchar hacia Locris.


  El comandante epirota de Crotón, el general Nicomaco, creyó a los agentes romanos, ya que parece ser que los ciudadanos de Locris eran bastante volubles y solían cambiar de bando con extraordinaria facilidad.Nicomaco reunió a todas las tropas disponibles y salió hacia Locris, para intentar llegar allí antes que lo hicieran los romanos.


  El cónsul Rufino estaba vigilante a los movimientos del general Nicomaco, y cuando lo vio partir hacia Locris, atacó la indefensa Croton por sorpresa ,tomandola con facilidad.


  Cuando Nicomaco recibió la notica de la caída de su ciudad en manos romanas por una estratagema, enfureció, e hizo volver a sus tropas a paso ligero, para tratar de reconquistar Crotón. Pero los romanos estaban avisados y rechazaron a Nicomaco y sus hombres, que se retiraron en dirección a Tarento, acosados por la caballeria romana toda la ruta.


  El cónsul Rufino envió un agente romano a Locris, avisando de la inminente llegada de su ejército consular. Como era costumbre, los locrenses decidieron cambiar de bando una vez mas.Asesinaron  a la guarnición epirota y rindieron la ciudad a los romanos. (Mas tarde, cuando Pirro  llego a la zona procedente de Sicilia, realizaron la misma operacion,pero en sentido opuesto; asesinaron a la guarnición romana y juraron pleitesía, una vez más, al rey de Epiro).


  Los romanos decidieron agradecer a los locrenses las facilidades ofrecidas para ocupar su ciudad, y cuando tomaron por asalto la cercana y rica ciudad de Caulonia permitieron que fuera saqueada por los ciudadanos que se habían unido como entusiastas auxiliares al ejército consular de Rufino.


  La ruta del regreso de Pirro a la península itálica no se conoce con exactitud, aunque Apiano afirma que desembarco en algún lugar entre Regium y Locris. Marchó inmediatamente hacia Locris para reconquistar la ciudad y castigar a quienes habían ejecutado a su guarnicion.Tras ocupar Locris, marchó hacia Regium, apoyado por su flota de 110 navíos de guerra y un centenar de transportes. En el estrecho de Mesina le estaba esperando una flota cartaginesa, de entre 120 a 140 navíos de guerra. La experiencia en el combate naval de los cartagineses hizo la diferencia, y la flota de Pirro fue aniquilada, perdiendo 70 barcos. Con la mayoría de su flota en el fondo del mar, Pirro se vio obligado a abandonar  el intento de captura de Regium, y volvió a Locris.


  En la ruta hacia Locris se vio acosado por un contingente de mamertinos, que aunque trataban de evitar a toda costa una batalla campal, aprovecharon los estrechos pasos montañosos y el cruce de los ríos para emboscar a las tropas de Pirro, causando gran numero de bajas en la retaguardia , apoderándose de gran cantidad de los carros de provisiones y llegando incluso a matar varios elefantes.


  Según cuenta Plutarco, Pirro se enfrentó en combate singular con un enorme soldado mamertino:


  "Irritóse Pirro, y revolviendo con sus asistentes lleno de ira, bañado en sangre, con un semblante, que imponía miedo, penetró por entre los que halló al paso, y se adelantó a herir con la espada al bárbaro, en la cabeza, dándole tal cuchillada, que ya por la fuerza del brazo, y ya por el temple del acero, descendió bien abajo, viéndose caer en un momento a uno y otro lado las partes del cuerpo dividido en dos."



(Capitulo XXIV )


  La derrota y muerte de su campeón intimidó fuertemente a los mamertinos, que pensaron que Pirro era poco menos que un dios, y concedieron paso libre hasta Locris al epirota y sus tropas.


  Desde Locris, y tras ordenar ejecutar a los líderes de la facción pro-romana de la ciudad, se dirigió a Tarento, con una fuerza de unos 20.000 infantes y 3.000 jinetes. En Tarento pasó varias semanas reclutando nuevas tropas para su ejercito, un contingente de tropas tarentinas y varios grupos de mercenarios procedentes de las ciudades griegas de Sicilia.


  Pero el mayor problema al que se enfrentaba Pirro era la falta de oro. Sus aliados de Italia llevaban cinco años financiando su campaña, y sus arcas estaban vacias.Ademas, la perdida de buena parte de su flota en el estrecho de Mesina se había llevado al fondo del mar gran cantidad del botín que había obtenido en Sicilia.


  Pirro consultó a sus consejeros Euegoro,Balacrus y Deinarco, que le propusieron una “sencilla” solución para resolver sus problemas monetarios: robar los sagrados tesoros del templo de Perséfone, en Locris.

 Persefone,diosa de los infiernos,hija de Zeus y Demeter,sentada junto a Hades.


  Parece  que en principio Pirro no presentó muchas objeciones al saqueo “su necesidad de oro era mas fuerte que los escrúpulos por saquear un recinto sagrado “.


  Como todos los templos, el de Perséfone en Locris tenía su propia maldición para quien osase robar sus tesoros. Y la maldición se manifestó  apenas los soldados de Pirro se apoderaron del tesoro.


  Tras cargar el tesoro en los barcos de su flota, Pirro ordenó zarpar en dirección a Tarento. Pero nada más partir de Locris, la dirección y la fuerza del viento cambiaron de improviso, y los barcos de Pirro fueron empujados de nuevo hacia la áspera costa de Locris. La mayor parte de los navíos que transportaban el tesoro se hundieron, y la mayoría de las tripulaciones se ahogaron.


  Pirro se horrorizó profundamente, creía haber sido víctima de la justicia divina de la diosa.Para tratar de congraciarse de nuevo con los dioses ,devolvió al templo todo el oro que pudo encontrar ,y ordenó ejecutar a los consejeros que le habían incitado cometer tal sacrilegio.


  Sin los tesoros del templo de Persefone, a Pirro le iba a resultar muy complicado pagar a sus tropas.No podia permitirse una campaña larga en Italia, necesitaba una campaña rápida, una victoria decisiva sobre los romanos, que también tenían problemas con sus dioses…


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